Icono del sitio Cielos Boreales

Un eclipse lunar con permiso de las nubes

Fase de parcialidad de un eclipse lunar en 2019.

Fase de parcialidad de un eclipse lunar en 2019.

Este pasado 16 de julio, el mismo día en que se cumplía el 50 aniversario del lanzamiento del Apolo XI nosotros salimos también al encuentro de la Luna, pero desde mucho más cerca, con la intención de observar un eclipse penumbral.

Como ya viene siendo habitual cuando hay este tipo de fenómenos astronómicos las nubes hicieron acto de presencia durante la tarde y amenazaban con impedir ver el eclipse lunar. Teníamos intención de subir a la Sierra, ganar altitud y así ver el eclipse el mayor tiempo posible pero las tormentas amenazaban por la zona así que a última hora optamos por ir a Cubas, al sur de Madrid. Este lugar tenía una previsión meteo más favorable, se encuentra más cerca de Madrid y si no conseguíamos ver el eclipse al menos nos tomaríamos unas pizzas de una estupenda pizzeria italiana que nos pilla de paso.

Cargué el Nexstar5 y la mochila de la cámara de fotos en el coche y salimos al encuentro del eclipse, con un ojo puesto en la carretera y el otro en las nubes amenazantes.

Llegamos al lugar de observación tras la parada de rigor en la pizzeria, montamos el telescopio, la mesa y las sillas y nos pusimos a cenar a la espera de que anocheciera. Teníamos nubes en el horizonte este y en el norte pero el sur estaba bastante despejado, soplaba viento y todo hacía presagiar que nos perderíamos la salida de la Luna, pero que al final despejaría.

Entre tanto recibimos la visita de un viejo conocido, un pequeño mochuelo que tiene su nido en las proximidades. Pude incluso grabarlo en vídeo. Este mochuelo es el que dio origen al actual logo de Cielos Boreales.

Mientras esperabamos a que apareciese la Luna llegó una compañera de la AAMS para unirse a la caza. El lugar de observación es muy tranquilo, de vez en cuando pasaba algún vecino que se nos quedaba mirando. Una pareja que venía paseando nos dijo que había visto la Luna y el eclipse. -«Si, hemos visto la Luna que se oscureció en menos de 2 minutos y desapareció».- Obviamente lo que habían visto era la Luna tapada por las nubes pero tan contentos que estaban 🙂

Más tarde llegó un coche y un par de chicas se bajaron y nos preguntaron si desde ahí se podía ver el eclipse. Les dijimos que si y las invitamos a verlo con nosotros.

Los nervios antes del eclipse

Tras varios minutos (muchos) de espera finalmente empezamos a ver el resplandor de la Luna a través de las nubes, era muy frustrante saber que estaba ahí pero no poder verla. La impaciencia se apoderaba de mí hasta que finalmente empezamos a ver el disco lunar abrirse paso entre los jirones de las nubes. Ahí estaba la Luna, parcialmente eclipsada. Todo un espectáculo visual. Las nubes se marcharon y nos dejaron disfrutar del evento en toda su belleza.

Observando el eclipse con el Nexstar5

A medida que la sombra ganaba terreno en la superficie lunar se apreciaban más detalles sutiles del eclipse. Los mares se tornaban de un color azulado, la Luna ganaba sensación de tridimensionalidad, sobre todo a través de la visión binocular con los prismáticos. Finalmente aprecié una tonalidad anaranjada y aumento de brillo en algunos cráteres lunares.

Durante todo el fenómeno estuve intercambiando la cámara y el ocular en el telescopio. La cámara Canon 600D ofrece un campo perfecto para capturar la Luna con este telescopio. El ocular utilizado fue un Baader Zoom 8-24 que es muy cómodo a la hora de poder variar los aumentos.

Un poco antes de la 1, cuando finalizaba la fase de parcialidad, recogimos y volvimos para casa ya que al día siguiente había que madrugar para trabajar. Nos fuimos muy contentos de haber podido disfrutar finalmente del eclipse. Tendremos que esperar mucho, hasta noviembre de 2021 para poder volver a ver un eclipse parcial y aún más, mayo de 2022 para ver uno total. Hasta entonces nos tendremos que conformar con recordar este eclipse. Os dejo el vídeo con la crónica:

Compártelo
Salir de la versión móvil