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Observando el cielo desde El Moral, Alojamiento Starlight

atardecerelmoral

A principios de 2018 la Serranía de Cuenca recibió la certificación de Destino Starlight convirtiéndose en el primer destino de estas características en la Comunidad de Castilla la Mancha. Dentro de la promoción del astroturismo en esta comarca están surgiendo iniciativas como la de la casa rural El Moral, en Valdecañas, pedanía que linda con la zona calificada como destino Starlight. Este alojamiento tiene a su vez la calificación de Alojamiento Starlight y cuenta con su propio observatorio astronómico. Durante el puente de San Isidro fuimos de visita para disfrutar de sus cielos.

Un cielo de muy buena calidad a solo dos horas de Madrid

El trayecto hasta El Moral desde Madrid discurre casi completamente por autovía recorriendo la A3 hasta Tarancón y la A40 hasta la salida 305 donde cogemos la carretera N320 antes de llegar a Cuenca. En esta zona se puede disfrutar de una rica gastronomía a un precio bastante razonable. Los guisos, asados, caldereta, carne de caza… no dejéis de probar los platos típicos de la zona, como por ejemplo el Morteruelo. Nosotros paramos a comer por el camino y después nos dirigimos al alojamiento, tan solo 10 minutos más de coche. Si descontamos el tiempo de la parada para comer tan solo fueron 2 horas de viaje.

Llegamos al alojamiento donde nos recibió Rubén, el gerente, que nos enseñó las habitaciones. El complejo rural está compuesto por 10 apartamentos para 2 personas y 6 casas rurales con 3 habitaciones cada una. Además hay restaurante, zona ajardinada con columpios y hasta plaza de toros 🙂

El apartamento en el que estuvimos contaba con baño, cocina y dormitorio con Tv. Suficiente para dos personas. A pesar de las fechas por la noche hacía fresco (unos 6ºC) pero la calefacción de la habitación funcionaba estupendamente.

La calidad del cielo en El Moral es notable, con un cénit muy oscuro.

El primer día había varias personas en el alojamiento. La casa rural cuenta con su propio observatorio astronómico y organiza actividades de astroturismo que incluyen el alojamiento, una cena especial y la observación astronómica con los telescopios. Nosotros estuvimos mirando en el alojamiento dónde montar nuestro telescopio y al final decidimos subir al observatorio y ponernos fuera de éste, junto a un campo donde se practica paintball. Al estar en una zona más elevada disfrutábamos de más campo de visión. Para cenar en vez de asistir a la cena, que no sabíamos si se iba a alargar mucho y teníamos que montar el telescopio, optamos por unos bocadillos.

Por desgracia el cielo estaba bastante nublado aunque la previsión de Meteoblue era bastante más favorable a partir de las 00:00 por lo que decidimos montar el telescopio al atardecer. Mientras anochecía nos podíamos hacer una idea de la poca contaminación lumínica de la zona. No había luces directas de pueblos y tan solo la zona sureste donde se encuentra Cuenca tenía una contaminación lumínica patente (si obviamos la contaminación lumínica de Madrid, visible ya desde cualquier punto de España). A lo lejos se veía también algo de contaminación lumínica ¿Valencia y Castellón? Pero el cenit se notaba muy oscuro.

Mientras esperábamos llegó Oscar, el monitor de astroturismo que realiza las observaciones para los huéspedes y tuvo la amabilidad de enseñarme el observatorio por dentro. El SC11 en la cúpula y un dobson de 16″ en la plataforma eran los protagonistas. El observatorio era bastante amplio y preparado para grupos numerosos, cuenta además con una estación meteorológica y está prevista su domotización. Al poco llegaron los asistentes al curso y les dejé que disfrutaran de la noche. Venían con mucha ilusión a pesar de las nubes.

Sesión de astrofotografía desde El Moral, Cuenca

Tras un rato esperando empezaron a caer algunas gotas pero no quise desmontar el telescopio así que opté por ponerle una manta por encima. Esperaba que no fuera a más aunque los asistentes a la observación astronómica se marcharon del observatorio con pocas esperanzas de ver nada. Les hubiera salido a cuenta esperar media hora porque el cielo comenzó a abrirse y empezaron a verse cada vez más estrellas hasta quedarse un cielo totalmente raso.

Por fin pude poner en estación el telescopio y comencé mi sesión de astrofotografía con M106 como objetivo de la noche. Así aguantamos hasta las 3 y media de la madrugada. Con 3 horas aprovechables de astrofoto y disfrutando un cielo muy bueno.

Visita al Museo Paleontológico

Entrada al Museo Paleontológico

Que Cuenca tiene un gran atractivo turístico nadie lo pone en duda pero en los últimos años el turista demanda más actividades y más cultura. La riqueza paleontológica en la Península Ibérica es grande y Castilla la Mancha cuenta con varios yacimientos importantes, algunos descubiertos al ejecutarse obras en grandes infraestructuras, como el tren de alta velocidad. Muchos de esos hallazgos paleontológicos se encuentran ahora en el Museo Paleontológico de Castilla la Mancha, situado en la ciudad de Cuenca. Estuvimos de visita durante toda la mañana y nos encantó. Tiene piezas de gran interés y está muy bien ejecutado, un edificio impresionante con repleto de  maquetas y piezas originales. Los jardines exteriores ofrecen además una vista espectacular de la ciudad. Nos gustó todo menos esos focos que apuntaban hacia arriba para iluminar las maquetas de los dinosaurios ( hay que reducir esa contaminación lumínica ahora que hay un Destino Starlight cerca).

Por la tarde volvimos al alojamiento listos para una segunda noche de astrofotografía. Como los anteriores huéspedes ya se habían marchado y estábamos solos en el alojamiento le pedimos a Rubén si nos podía apagar las farolas para poner el telescopio en el jardín y observar esa noche desde el propio alojamiento. Al igual que el día anterior la tarde estaba nublada así que mientras esperábamos a que despejara (la previsión no era tan optimista) estuvimos haciendo pruebas de autoguiado. Todo iba normal hasta que de repente un sonido nos sobresaltó. ¡Aspersores! El riego automático se activó en medio de la noche y tuvimos que recoger a toda prisa el telescopio. Menos mal que solamente teníamos uno cerca y pudimos sujetarlo mientras recogíamos. Afortunadamente no se mojó nada del equipo. Como no tenía pinta de despejar nos retiramos con una húmeda derrota a nuestra habitación. Mañana sería otro día, pero ya desde el lugar de observación en el observatorio.

Paisajes espectaculares

Al día siguiente nos fuimos a hacer una ruta por la naturaleza. Nos dirigimos hacia la Hoz de Beteta donde paseamos por la Fuente de los tilos, un paraje espectacular y muy relajante. Al ser día laborable pudimos disfrutarlo en completa soledad. Un lugar espectacular para relajarse y desconectar. Después comimos en Beteta y por la tarde fuimos al Nacimiento del Río Cuervo. Este año, gracias a las abundantes lluvias y nevadas de finales del invierno estaba más bonito que la última vez que estuvimos. Tras pasear por los alrededores y disfrutar de la tranquilidad del lugar volvimos al alojamiento para disfrutar de la última noche de astronomía en Cuenca de esta escapada.

Tan solo la contaminación lumínica de Cuenca era algo apreciable al sureste del lugar de observación.
M106

Para evitar sorpresas con el riego decidimos subirnos de nuevo al observatorio. Plantamos el telescopio y como en la primera noche estuvimos disfrutando de un cielo realmente espectacular. A primera de la tarde Venus se escondía al oeste mientras Júpiter le tomaba el relevo y ya de madrugada el cielo estaba negro como el tizón.

De vez en cuando se veía alguna estrella fugaz e intentamos hacer un time-lapse para ver si algún bólido se cruzaba en la imagen. Lamentablemente el intervalómetro de la cámara se estropeó y teníamos que ir dándole al disparador de la cámara manualmente. El SQM llegó a marcar 21.74, una de las mediciones más altas que he realizado con él. En las fotografías que hice creo que se llega a apreciar airglow, pero no me atrevo a asegurarlo. Mientras tanto la otra cámara estaba en el telescopio, disparando sin parar a M106. Busqué sin éxito ese escurridizo bólido hasta las 4 de la madrugada, momento en que recogí el telescopio en el coche. Saturno y Marte eran completamente distinguibles. En Julio el planeta rojo se verá realmente espectacular. Me quedé unos minutos después de recoger observando el cielo, sin querer irme. ¡Que maravilla esa Vía Láctea! Que alegría los autillos, el canto del ruiseñor, incluso el búho. Lo único que no ví fueron luciérnagas, pero es que todavía no hace suficiente calor para ellas. Finalmente me dispuse a entrar en el coche, momento en que una brillante estrella fugaz cruzó el cielo en dirección sur. Sonreí para mis adentros y pensé:»Está bien, para la próxima».

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