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Madrugón infructuoso

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El despertador sonó a las 05:00 y me gustaría decir que me levanté de la cama pero sería más preciso decir que me arrastré de ella. A veces me dicen que me gusta mucho la astronomía, pero no madrugas 3 horas un lunes para algo que te gusta, lo haces porque no te queda más remedio o porque te apasiona. Para intentar ver el cometa SWAN se daban esas dos circunstancias, no me queda más remedio porque al estar confinados en casa solamente podré ver este cometa si lo hago estos días en que es visible al amanecer y porque más que gustarme, la astronomía y los cometas me apasionan.

Levanté la persiana del salón y puse la cámara sobre la Star Adventurer. Apunté a la zona donde debería estar más o menos el cometa y saqué una foto de 20″ con el objetivo 18-55mm de serie a ISO1600. Salió totalmente quemada por culpa de la contaminación lumínica. «¡Bajaremos el ISO y la exposición!, no queda otra». – Y repetimos el proceso con solo 8″ que quedó más aceptable. Reviso el visor y no hay rastro del cometa. Mal empezamos.

En el círculo blanco debería estar el cometa SWAN, pero no hay rastro. La constelación del Triángulo representada a la derecha.

Intento encontrar estrellas de referencia en el cielo, distingo el «cuadrado» de Pegaso. Vale, así que si continúo la línea descendente a la izquierda llego fácilmente a Mirach y después a Almach. La Galaxia de Andrómeda se intuye en la foto. Si bajo llego a la constelación del Triángulo y si extiendo una línea imaginaria entre su estrella alfa y su gamma debería llegar a dos estrellas relativamente brillantes 14 y 15 Tri según Stellarium. Las localizo en la pantalla, bien, pues entre estas dos estrellas debería estar el cometa SWAN, pero no hay rastro de él. Me empiezo a preocupar. ¡Me han robado el cometa!

La contaminación lumínica me impide aumentar la exposición y con el paso de los minutos el el orto astronómico se acerca. En breve la claridad del amanecer me impedirá seguir con la búsqueda. Cambio de objetivo y pongo el 55-200mm. Hago varias pruebas pero no hay manera, en cuanto subo la exposición el brillo de fondo se come la imagen. Hago varias fotos de todas formas para intentar procesar luego y ver si puedo encontrar el esquivo cometa.

Mientras la cámara sigue trabajando no puedo evitar mirar de reojo la Luna menguante que veo al sudeste. Se aprecia incluso una ligera luz cenicienta. Por unos minutos su belleza hace que me olvide del cometa e incluso al final le dedico unos minutos para sacarle algunas fotos.

La Luna menguante sobre los tejados de Villaverde

Parece que la caza del cometa ha resultado infructuosa pero no nos iremos con las manos vacías al fin y al cabo. Tendremos que esperar a los próximos días, en que el cometa será observable al atardecer y estará más alto en el horizonte para volver a intentarlo. A ver como lo hacemos, esperemos que para entonces las medidas de confinamiento de la pandemia nos permitan salir a hacer alguna foto aunque sea a las afueras de la ciudad. Continuará…

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