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- Observaciones astronómicas, Turismo astronómico

Astrotiermes 2014. VIII edición.

Ya estamos de vuelta tras un fin de semana muy especial. Hemos pasado unos días estupendos en Soria, rodeados de amigos que comparten nuestra pasión por las estrellas en un entorno mágico, el yacimiento celtíbero de Tiermes. Para nosotros era la tercera ocasión que acudíamos a este encuentro astronómico ( es su octava edición ya ) y podemos afirmar sin lugar a dudas que esta ha sido la mejor edición hasta el momento.

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Llegamos el viernes por la tarde y nos alojamos en La Casa Rural de la Abuela, a pocos kilómetros de la Venta de Termes, punto de encuentro de las jornadas. Después de acomodarnos y comer nos dirigimos a la Venta para reunirnos con los compañeros que ya habían llegado. Nos registramos en el cuaderno de asistentes y recogimos nuestras acreditaciones (poniendo el nick de los foros como apellido, porque si no no nos conocemos muchos de nosotros 🙂 ) y tras saludar y charlar con algunos de nuestros conocidos Moisés y yo no pudimos resistir la tentación de montar nuestros telescopios solares. No tardamos en atraer la atención de algunos compañeros ¡El Sol estaba impresionante! con un par de grupos de manchas muy definidas y una región activa muy acusada, con notables fulguraciones.

Al atardecer una Luna en fase muy temprana se escondía por el horizonte. No pudimos encontrar a Mercurio, y eso que está en uno de los mejores momentos para su observación. Seguramente las montañas próximas nos lo impidieron.

Antes de anochecer terminamos de montar los equipos, ya con los telescopios nocturnos en las monturas. Yo llevé mi TS65, con la intención de hacer astrofotografía.

La explanada se iba llenando de coches y telescopios. ¡Había una gran afluencia! Y eso que era solo el primer día y mucha gente no había llegado aún. Poco a poco empezaban a aparecer las primeras estrellas y no había ni rastro de nubes. Una ligera brisa garantizaba además que la humedad estaría bajo control.

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A eso de las 9:30 y mientas terminaba de poner en estación la montura llegó la pizza de la Casa de la Abuela, si, has leído bien. Nos trajeron pizza a pie de telescopio ¡Todo un puntazo! Y es que algunos de los alojamientos de la zona se han volcado con estas jornadas astronómicas, ofreciendo un servicio de calidad y menús asequibles llevándotelos incluso al lugar de observación. Es la primera vez que como pizza (además casera) durante una observación astronómica, toda una experiencia.

Empecé a fotografiar M33 pero no tardé en darme cuenta de que el guiado no iba fino, así que hago lo que suelo hacer en estos casos, empezar de nuevo. Enseguida me di cuenta de que la puesta en estación no era fina, así que corregí el error y empecé pacientemente desde el principio. Eso me pasa por estar de cháchara y cachondeo y no prestar atención al montaje del telescopio, bueno a eso ¡Y a la bota de vino de Moisés que tiene mucho peligro! En esta ocasión todo funcionó como la seda y el TS65 empezó a dar cuenta de los cielos oscuros de Soria.

Mientras realizaba mi sesión de astrofoto aproveché para pasear por la zona de observación y a conversar con algunos compañeros, observando por sus telescopios y contando chascarrillos.  Según avanzabas escuchabas conversaciones de lo más variadas… sobre platos favoritos, sobre oculares, sobre las raras costumbres de las mascotas, sobre anécdotas de otros años… realmente era muy curioso y gratificante el buen ambiente que se respiraba, había una «comunión» entre los asistentes difícil de explicar, casi se podía palpar en el ambiente. Todos estábamos en la misma onda. De vez en cuando se escuchaba algún «Hala…» o un «Guauuuuu», con la aparición de alguna estrella fugaz y a continuación los lamentos de alguno que se la había perdido.

Los grandes dobson de 16 y 20 pulgadas eran los que más gente reunían a su alrededor, y las manos diestras de los que los manejaban, junto con las explicaciones, hacían de la observación una experiencia muy enriquecedora.

Hubiéramos estado más tiempo disfrutando de la noche, pero conscientes de que a la mañana siguiente teníamos la observación solar nos recogimos a eso de las 4. Hubo gente que se quedó hasta el amanecer, con eso lo digo todo…

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Tras dormir durante unas horas cogimos fuerzas con un buen desayuno en la casa rural y volvimos de nuevo a la Venta, allí estaba ya Jesús Carmona montando su impresionante Taka con el filtro solar (creo que este año llevaba un double stack). El montaje del solar de Jesús se ha convertido ya en todo un clásico de estas jornadas y está aumentando el número de seguidores del H-alfa. Yo monté mi humilde PST y otros compañeros montaron Lunt (especial mención al grupo Keppler que llevaron un Lunt 100mm BF1800 con double stack, y pressure tunner, vamos, el tope gama).

El Sol se portó, ofreciéndonos un amplio abanico de detalles. Dos grandes filamentos, manchas solares, fáculas y fulguraciones, incluso protuberancias de varios tipos. Una de ellas fue especialmente llamativa ya que evolucionó rápidamente y pudimos apreciar el cambio en cuestión de minutos.

A eso de las 11:00 acudimos al museo para asistir a la visita del yacimiento de Tiermes. De la mano de Arturo Aldecoa pudimos disfrutar de las ruinas de esta ciudad celtíbera. No hace falta que os diga las ganas con las que cogimos la cerveza y la comida después del paseo. La comida estuvo muy bien, con una agradable tertulia y estrechando lazos con el resto de comensales. Una de las anécdotas vino cuando a Moisés le pusieron delante la cabeza del cochinillo. Miró al cochinillo, el cochinillo le miró a él y compungido le dijo al camarero ¡Por favor, traéme otra pieza que no sea cabeza! Creo que por un momento estuvo a punto de hacerse vegetariano.

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Después de comer se realizó el lanzamiento de cohetes, que hizo las delicias de los niños, así como la actividad Artetiermes, con dibujos de los pequeños. Los cohetes han llegado a un punto de sofisticación asombroso, con un sistema de recuperación mediante paracaidas que hace que caigan arrastrados por el viento bastante lejos. Pero a los niños eso les gustaba más y había grandes carreras por ver quién los recuperaba.

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A continuación Graciela nos dio una conferencia sobre el aspecto social de las jornadas astronómicas y era muy curioso lo que comentaba de las relaciones en estas jornadas. El tema de ponernos los nicks en las acreditaciones, el hecho de que los que llegan nuevos un año al año siguiente suelen «recibir» a los nuevos… la camaradería, …

Después Ángel Gómez, director de la Revista Astronomía, habló en su conferencia sobre la experiencia de vivir y trabajar en un observatorio profesional. Las anécdotas y las espectaculares fotografías de su exposición hizo que se pasara volando. Es de destacar que Ángel se viniera desde la Starmus de Canarias para estar con nosotros en estas jornadas. Nos quitamos el sombrero Ángel, muchas gracias.

El cansancio acumulado se hacía notar, pero no nos impidió volver a la explanada para la segunda noche de observación, y eso que el pronóstico del tiempo era bastante malo. Curiosamente parecía estar nublado alrededor pero sobre la zona de observación se veían las estrellas y muchos valientes no tardaron en sacar los telescopios. Aunque la humedad era alta pudimos disfrutar algunas horas del cielo y volver a compartir experiencias entre los corrillos que se formaban. Conocimos a Cristina y Aroa, dos jóvenes estudiantes de biología que acudían por primera vez a las jornadas y estaban interesadas por la Astronomía. Las animamos a acercarse a los telescopios y a preguntar todas las dudas que tuvieran, creo que enseguida se sintieron como en casa, no es de extrañar con el buen ambiente que se respiraba.

Durante esta segunda noche no montamos nuestro telescopio pero sí dimos cuenta de los riquísimos bocadillos de solomillo y verduras asadas de la huerta que nos trajeron desde la Casa de la Abuela (menudos gochos estamos hechos estaréis pensando, estos no paran de zampar… jajajaja). Esta segunda noche fue una de las más divertidas que recuerdo, lo que os puede dar una idea de lo bien que lo pasamos, sin montar telescopio ni nada.

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A pesar de nuestros esfuerzos el cansancio acumulado pudo con nosotros y nos tuvimos que retirar a eso de la 01:00. No recuerdo haberme metido en la cama pero desperté de uno de los sueños más reparadores de los últimos meses. Llegaba el día de la despedida, con el cierre de las jornadas y el sorteo de regalos entre los asistentes. El momento cumbre fue cuando a Jesús Carmona le tocó un láser verde (para los que no le conozcáis os diremos que Jesús no puede ver los láseres ni en pintura) . Su cara cuando vio que se sorteaban láseres entre los asistentes era todo un poema ( y el descojone del personal más ). Lo gracioso vino cuando empezó a decir por lo bajini a los que estábamos a su lado: «Verás cómo me toca, verás cómo me toca…. lo rompo, ya verás». Y en estas que dicen «El 50» y la cara de Jesús fue un «Tierra trágame» 🙂 Dignamente recogió su regalo, estuvo a punto de romperlo pero al final lo regaló a regañadientes… a estas horas todavía estará pensando «Lo tenía que haber roto…».

Quiero hacer una mención especial a Jesús, porque además de ser todo un maestro para nosotros en la observación solar y llevar sus enormes telescopios y dejarnos observar por ellos es una de las personas que más nos insisten en la importancia de no usar los laser verde. Nos metemos un poco con él porque nos da mucha caña, pero hay que reconocer que tiene más razón que un santo. Lo hacemos desde el cariño, Jesús.

Tras el sorteo del resto de regalos (como siempre el de los niños el más divertido) y un recuerdo especial para Patricio Dominguez, quien falleció el año pasado y fue uno de los principales impulsores de estas actividades en este país dimos por concluidas las jornadas y nos hicimos la foto de familia.

Foto de familia Astrotiermes 2014. Por Jose Luís (Don Quijote)
Foto de familia Astrotiermes 2014. Por Jose Luís (Don Quijote)

Esta ha sido una de las jornadas de mayor afluencia de personas y en la que mejor nos lo hemos pasado. Ya estamos contando los días para Astrotiermes 2015.

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Autor: Roberto Ferrero

Roberto Ferrero es miembro de las agrupaciones astronómicas Madrid Sur y AstroHenares. Astrofotógrafo desde el año 2009, sus trabajos han sido publicados en varias revistas especializadas como "Astronomía", Sky&Telescope y Astronomy, además ha contado con varias publicaciones en el AAPOD. En 2020 fue el ganador del V Concurso Internacional de Astrofotografía de Calar Alto. Monitor de astroturismo, divulgador FAAE y responsable de Turismo Estelar, portal web de turismo astronómico.
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