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A la caza del cometa Neowise

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El despertador comenzó a sonar y yo me desperté desorientado sin saber si tenía que ir a trabajar y qué día de la semana era. Unos segundos después empecé a tomar conciencia y al ver la hora del despertador marcando un rotundo 05:00 recordé – «¡El cometa!» y salté de un brinco de la cama, con la ilusión desplazando instantáneamente la pereza. Reparé que Diana no estaba en la cama y al ir al salón me la encontré despierta, ella llevaba ya un buen rato en vela sin poder dormir porque no quería perderse el cometa.

Nos asomamos por la ventana y lo primero que nos llamó la atención fue el brillo de Venus. El Lucero del alba destacaba en el horizonte este a baja altura. Para la observación del cometa teníamos preparado el Nexstar5i y para fotografiarlo utilizaríamos la Canon 600D con el objetivo 55-250mm. Todo el material lo dejé preparado la noche anterior.

Venus brillaba mucho por su proximidad a pesar de presentar una corta fase

Empezamos a otear el horizonte, o mejor dicho, el horizonte que los pisos del vecindario nos dejan ver. Teníamos oculto tras ladrillos unos 10º de cielo. Tras una larga espera y ya con las luces del amanecer empezamos a inquietarnos por no ver el cometa. Un vistazo al Stellarium me tranquilizó ya que tomando como referencia las estrellas de la constelación de Auriga, lo suficientemente brillantes para ser visibles incluso con las luces del alba me indicaban que el cometa todavía estaría tapado por los edificios.

Empecé a hacer fotos con la cámara a la zona estimada y revisaba cada minuto el visor hasta que llegado un momento… – «¡Está ahí, está ahí! ¡Mira la cola! ¡Ahora, ya se ve el núcleo!» – Un fantasmal velo blanquecino anticipada la llegada del núcleo bastante brillante. En visual no fui capaz de verlo pero en el visor de la cámara se apreciaba sin problemas. Según estimaciones de otros observadores se encontraba en mag > 1.4 < 1.9

El cometa NEOWISE sobre las azoteas de los edificios vecinos.

Apunté el telescopio al punto correcto y enseguida apareció la imagen del cometa en el ocular. Ajusté el enfoque y la visión me estremeció. Se apreciaba claramente el núcleo, muy brillante, la coma y una cola como el velo de una novia, con una sombra oscura en la parte central. La cola era tan extensa que la zona más tenue se salía del campo del ocular de 24mm.

Estuvimos turnándonos en el telescopio mientras la cámara hacía fotos sin parar. Llamaba mucho la atención lo rápido que el cometa se desplazaba y ganaba altura a causa de la rotación terrestre y lo rápido que la claridad avanzaba y envolvía el cielo en tonalidades azuladas. Sabíamos que en cuestión de minutos dejaríamos de poder verlo.

Hacía varios años que no veíamos un cometa tan espectacular. El último que recuerdo fue el C/2011 L4 Panstarrs que pudimos observar al atardecer desde Fuenlabrada con prismáticos en 2013.

Al día siguiente no pudimos evitar repetir la experiencia y volvimos a pegarnos el madrugón, esta vez con la intención de hacerle unas fotos con la Canon pero utilizando el Nexstar5 como teleobjetivo. En esta ocasión aprecié el cometa a simple vista aunque al límite de la detección visual y apunté el telescopio hacia él sin problemas. Hice unas cuantas fotos si cabe más espectaculares que las del día anterior al tener más aumentos. Posteriormente las apilé para reducir el ruido.

El cometa NEOWISE con telescopio.

Luego quitamos la cámara y pusimos el ocular para volver a deleitarnos con la belleza de este cometa. Durante los próximos días seguirá siendo visible al amanecer pero a mediados de julio ya será visible al atardecer y no tendremos que madrugar para seguir viéndolo. Esperamos que para entonces siga teniendo un aspecto tan espectacular.

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